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De pérdidas y contentamientos

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Copyright © 2006 Alfonso Padilla y Maritza Núñez

Carmen Luz Bejarano

La Novia

Mikko Pyhälä

Embajador de Finlandia en el Perú 1998–2002

Tras su modestia había decisión y firmeza que dejaban intuir que se trataba de una persona con amplitud. Carmen Luz nunca hablaba de sí misma. Ni siquiera cuando se le preguntaba. Le bastaba comentar las cosas cotidianas, pero siempre desde una perspectiva que ayudaba a captar conexiones significativas. Probablemente de esta manera conseguía leer el subconsciente de otras personas y, cual catalizador, nos instaba a conocer más de nosotros mismos y de las relaciones humanas.

Su presencia silenciosa no era indiferencia –con su capacidad de observación asimilaba dimensiones que después se convertirían en poesía.

Me encontré con Carmen Luz frecuentemente, también en tiempos de su enfermedad terminal, y desde luego, en diferentes actividades culturales y, en algunas ocasiones, en mi lugar de trabajo.

Curiosamente nunca pareció enferma, siempre estaba sonriente y arreglada como una novia que se prepara para su boda. Al comienzo intenté transmitirle mi comprensión y apoyo ante su difícil enfermedad. Carmen Luz no se dejaba atrapar por el anzuelo. Al contrario, de inmediato encaminaba la conversación hacia cosas positivas.

Creo que la muerte llamó a la puerta de Carmen Luz varias veces, pero la pusieron en la calle.

— ¿Quién eres? No te conozco. ¡Lárgate!

Imagino a la muerte escuchando a regañadientes estos confinamientos.

Con la fuerza de su alma Carmen Luz espantó no sólo a la muerte, también los dolores y miedos. Ella estuvo convencida de su fuerza creadora hasta el final de su verdaderamente prolífico último año de vida. Su enfermedad debió ser un gran peso para los familiares más cercanos y, no obstante la entereza de Carmen Luz, debió tener también una cara más siniestra que sólo ellos conocían. No obstante Carmen Luz inspiró a los suyos a seguir viviendo. ¡Viajemos, Carmen, a Varadero y a Arequipa! ¡Maritza, escribe algo estremecedor, tú sabes hacerlo! ¡Pamela, actúas divinamente! ¡A pasarla todos bien!

Helsinki, setiembre de 2003

 

[Traducción del finlandés de los editores.]