El Cuarto de los Trebejos 1
Willy F. Pinto Gamboa
Carmen Luz Bejarano es una identificada y reconocida poeta cuyos libros testimonian detenidas estaciones en los predios de la lírica. […]
El universo poético de Carmen Luz Bejarano prosigue ensanchándose. No a propósito de nuevos textos líricos. A cuenta de diferente género. Es el caso de la novela El Cuarto de los Trebejos, primera empresa narrativa de la autora. Trabajo finalista en el difundido Premio Bienal de Literatura, “Gaviota Roja”, 1985. El Cuarto de los Trebejos, […] aunque novela, posee los atributos y esfuerzos –transfigurados sí–, de la lírica, en su descenso a los meandros interiores. En la auscultación de las relaciones familiares y amicales, desde las superficies sumergidas. El Cuarto de los Trebejos es una odisea hacia el fondo del ser, emparentándose en este aspecto con la inclinación poética a los viajes interiores e inefables de la lírica. El Cuarto de los Trebejos es un diálogo profundo entre sentimientos y emociones, entre el sentir y la sensación. Plática posible por la variedad de personajes que se cruzan por la vida pero, apresados por la conmovida memoria narrativa:
Vaya encanto para esta María del Pilar llena de argucias y de sueños; entreverándolo todo, intenta reconstruir la vida, a su manera. desde siempre la he observado vivir furiosa o aterrada, pero jamás sin esa indeclinable ternura con la que amamos toda superficie que nos refleja.
En diferente instancia y para argumento lírico de la novela que esclarece con pasión, singularidades del yo creativo y traza límites a la coreografía de entes que no quieren morir o no saben en qué lugar se hayan: “¿Dónde estás pequeña y dulce amiga, Mencia?”, la obra incluso implica una teoría poética. Conocimiento en el cual se ubica la concepción del vocablo como abrigo. La pugna con las durezas materiales o el voto a favor de los juegos del pretérito:
Yo nada tengo sino el más engañoso de los refugios –la palabra– y la curiosa preferencia de remover el agua de los estanques o desplazarme en el tiempo como los cangrejos.
Novela de acendrada vocación subjetivista, El Cuarto de los Trebejos palpa en su camino, personajes construidos por emociones, recuerdos y recompuestas ternuras olvidadas: Nicanor Martínez, María Cleofé, Damián, Lilia, Julián, Lucinda, Toñito, Mencia, Mariclé, en lenguaje expresionista: “El silencio tiene el espsor de la muerte […]”, “Clarea la mañana en el canto encrestado […]”, “Se abren las puertas y las mujeres esperan el aire con sus escobas”.
Lenguaje expresionista que reconstruye cuidadoso, con lógica poética, acontecimientos captados por cauces sensoriales adecuándolos según las caras razones del afecto. Lengua propicia en un paisaje costeño rural y algo marinero. Lenguaje ante todo y después apto para sostener la memoria recobrada y sentimentalmente culpable de un acto narrativo, no por cronológicamente inaugural, tierno y conmovido:
Pequeña antropófaga, los devoré. Soy María del Pilar, guardo clasificados los recuerdos tal vez, como una forma de aferrarme a la existencia.
1 Artículo publicado en La Crónica, 21 de enero de 1990, p. 9.
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